Uno de los problemas que aparecen durante el tratamiento del cáncer es la percepción de un sabor metálico en ciertos alimentos como las carnes. Aquí aparecen descritos algunos trucos.
- Elegir sabores fuertes como el queso curado o jamón.
- Si el niño no tolera la carne, podemos sustituirla por otros alimentos ricos en proteínas: pescado, mariscos, queso, huevos...
- Beber té de menta o con limón, ya que ayudan a suprimir el sabor metálico.
- Eliminar los sabores extraños en la boca mediante enjuagues bucales, caramelos...
- Realzar el gusto de los alimentos con salsas: bechamel, mahonesa, nata...
- Utilizar cubiertos de plástico.
- Evitar el contacto de productos ácidos (vinagre, zumos e frutas...) con recipientes metálicos, pues se facilita la disolución de los mismos.
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